Gracias a la sorpresiva intervención de Rusia, el riesgo Siria parece haberse disipado, al menos en el corto plazo. La nueva iniciativa fue al mismo tiempo buena y mala para Obama. Buena porque le ahorró una difícil pelea en el Congreso, pero al mismo tiempo erosionó su credibilidad y liderazgo. Este golpe a la credibilidad de la Casa Blanca puede llevar a una mayor volatilidad en el corto plazo (además de consideraciones geopolíticas de mediano plazo, que no vamos a desarrollar aquí). Una Casa Blanca más débil puede cambiar las estrategias “óptimas” de ambos partidos en torno a temas fiscales que deben votarse en las próximas semanas en USA.
Agosto terminó con caídas generalizadas en todos los mercados en vistas a los potenciales riesgos que presentaba Septiembre: lo que en su momento era un muy probable ataque a Siria (con potencial de escalarse regionalmente), la reunión de la Fed el 18 que sería la primera donde anunciarían una disminución en el ritmo de compra de activos (además del tema sucesorio, donde Larry Summers se posiciona como principal candidato); la vuelta a la discusión de los problemas fiscales (continuidad presupuestaria, extensión del límite de la deuda, etc.); y la incertidumbre respecto del ciclo económico mundial. Ahora con Siria más calmo gracias a esfuerzos diplomáticos, los mercados más acostumbrados a la idea del ‘tapering‘ de la Fed y la economía China mostrando mejores datos, la principal preocupación yace en la problemática fiscal en USA, y es allí justamente donde el efecto ‘Siria’ puede cobrar importancia.
El presidente Obama resguardó capital político al no tener que enfrentarse a un voto en el Congreso para autorizar un ataque a Siria (que no era necesario), pero el hecho de que el Congreso estaba inclinado a no votar positivamente (siguiendo a la opinión pública) y que Rusia haya tomado el liderazgo del conflicto, llevaron a erosionar su credibilidad. Se vienen al menos dos importantes batallas políticas, y la distribución de poder político puede generar mucha volatilidad.
El gobierno de USA requiere de aprobación parlamentaria para emitir deuda para financiar un presupuesto que ya fue aprobado por el Congreso. El límite en el nivel de endeudamiento se espera llegue alrededor del 18 de Octubre. Previo a eso, el Congreso tiene que dirimir si continua con el nivel de gasto actual, lo cual debe definirse antes del 30 del corriente mes. El Presidente Obama ya dijo que no va a hacer concesiones a cambio de aumentar el límite de la deuda, por lo cual el Congreso tiene que simplemente votarlo y pasar a otro tema. Su argumento no es inválido, pues el Congreso ya aprobó los gastos que iban a realizarse con dicho endeudamiento. Sin embargo, los republicanos usan cada votación para lograr algún recorte de gastos en lugar de un aumento de impuestos, y dada la débil situación de Obama, probablemente lo intenten con mucho énfasis. Respecto de este tema, la disputa puede ser tan dañina o incluso peor que la de 2011, cuando los mercados sufrieron mucho por el potencial riesgo de default y la baja en la calificación (S&P, principalmente). Es probable que los mercados hayan aprendido aunque aumente el nivel de conflictividad aumente, al final de cuentas los políticos llegan a un acuerdo en el último minuto. Sin embargo, el debilitamiento de los Demócratas por el efecto Siria probablemente haga que ambos partidos estén más intransigentes, luchen con más énfasis, y arriesguen mucho más.
Adicionalmente, la Casa Blanca está por nominar al sucesor de Bernanke como Presidente (o Presidenta) de la Fed. Hoy parecería que Obama se inclina por nominar a Larry Summers, lo cual generaría otra pelea más en el Congreso para lograr la confirmación del Senado. En rigor, oposición a Summers viene de grupos en ambos partidos, si bien los Demócratas han sido más abiertos que los Republicanos a la hora de esbozar sus críticas (quienes optaron por esperar y ver primero cómo los Demócratas se pelean entre ellos).
Los interrogantes son: ¿usará el Presidente Obama estas dos peleas como una oportunidad para recuperar su credibilidad y mostrar liderazgo? ¿Usarán los Republicanos esta oportunidad para reflotar su intransigencia y mantener el principio de no aumentar impuestos y solo bajar gasto? Los temas fiscales son mucho más urgentes que la sucesión de Bernanke, pues su mandato finaliza a fines de Enero 2014, y si hasta ese entonces no se confirma a ninguno, la Vice-Presidenta actual, Janet Yellen, ocuparía el lugar transitoriamente. En el mientras tanto, deberíamos esperar una primera reducción en el ritmo de compra de activos por 15.000 millones de dólares, lo cual está mayoritariamente incorporado a los precios actuales.
En conclusión, en las próximas semanas deberíamos monitorear la evolución de los conflictos políticos, las discusiones sobre los temas fiscales, la nominación y reducción de compras de activos de la Fed, para determinar si en los próximos 1-2 meses pueden generarse episodios de pánico y alta volatilidad. En estos momentos dicho escenario parece probable, motivo por lo cual hemos aumentado nuestras exposición a acciones sólo muy levemente dado los mejores datos y la postergación del riesgo ‘Siria’.
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