Cuando una variable importante se des-ancla, la incertidumbre sube, al menos inicialmente. Esta es la primer reacción al cambio del esquema de tipo de cambio ocurrido anoche en China, al margen de las implicancias fundamentales una vez que el cambio sea entendido y sus efectos en el tipo de cambio sean observados. La clave en el corto plazo está en si se genera una secuencia de depreciaciones diarias de 2% que acumulen un cambio no trivial en poco tiempo.
Las circunstancias hacen difícil identificar una razón del cambio y su ‘timing’, dado que pudo ser menor crecimiento, o acelerar reformas hacia la liberación del tipo de cambio como lo pidió el FMI, o para preservar reservas internacionales. Todas apuntan en la misma dirección y le sirven de explicación del cambio.
Más allá de no ser posible hoy definir si esta cambio termina siendo un movimiento aislado o produce una depreciación más importante de la moneda china, podemos hacer algunas observaciones:
· China acaba de ser informada por el FMI que su moneda no podría ser incorporada como reserva de valor por no ser lo suficientemente transparente y determinada por el mercado. La decisión de anoche parece ser el primer paso correcto para mejorar sus chances de lograr el objetivo de entrar como moneda reserva en el sistema del FMI. Si alcanza o no dependerá de cómo lo implementen y la dinámica de mercado en las próximas semanas y meses.
· Es claramente un cambio al incorporar el tipo de cambio como una herramienta más de política económica. Hasta ahora, China ajustaba su política macro a través de lo fiscal y monetario interno, mientras hacia de su tipo de cambio un ancla de certidumbre. Ahora el tipo de cambio puede moverse, y parecen indicar que dependerá más de las fuerzas del mercado.
· La desaceleración de la economía china ha sido una preocupación usual en la macro global. Hemos escrito muchas veces que vemos al proceso como natual, hacia una tasa de crecimiento en la zona del 4-5%. La pregunta obvia es si ocurrirá en pocos o muchos años. Esta decisión puede interpretarse como confirmación que la desaceleración está ocurriendo más rápido de lo que las autoridades quieren, y que las tradicionales herramientas fiscales y monetarias han perdido efectividad. Igualmente, los movimientos nominales del tipo de cambio no generan crecimiento global, aunque si deberían reducir desequilibrios, mejorando la eficiencia de la economía. Pero la depreciación de la moneda reduce el consumo local, aumentando la relevancia de las exportaciones, lo opuesto de lo que China había dicho quería hacer en esta etapa de su desarrollo.
· En un mundo donde la apreciación secular del dólar domina como tendencia, China estaba al margen manteniendo su tipo de cambio básicamente estable. Esta decisión parece alinear a China con el resto del mundo.
· La salida de capitales del último año había sido financiada con casi 10% de las reservas. Un tipo de cambio de equilibrio que respete los flujos de capitales y la evolución de su comercio internacional parecería ser uno con una moneda más débil a la actual, lo que agrega un nivel de incertidumbre no trivial en la economía global. Un tipo de cambio más flexible tiene serías consecuencias sobre las decisiones de portafolio de la población e instituciones chinas, llevando a una mayor diversificación internacional.
· Por ende, desde un punto de vista casi superficial, si la depreciación continua deberíamos ver un impacto negativo en los precios de los commodities y los países que de ellas dependen, efectos negativos en el resto de Asia que ahora podría caer en una guerra de depreciación de monedas, como también los países que dependen de la cadena de producción china. El consumidor global se beneficia, como lo había venido haciendo las últimas dos décadas de consumo de productos chinos a menores precios. Es una fuerza que controla la inflación global. Esto último podría hacer del sendero de suba de tasas de la Fed uno aun más moderado y gradual, quizás más cerca del que el mercado espera en lugar del pronosticado por la Fed.
Parece ser una decisión fundamental muy importante para China, en el camino a mayor liberalización, lo que es positivo en el mediano plazo. Un precio muy importante para su economía y por ende la economía global pasaría a depender más del mercado que de la decisión política o burocrática, lo que es positivo para la asignación de recursos. Pero en el corto plazo produce incertidumbre en los mercados, especialmente si genera un proceso de depreciación no menor en poco tiempo. El ritmo al que ocurren estos cambios suele ser igual o más importante que la magnitud. Por ende, la clave aquí es ver si la depreciación de anoche fue una movida aislada, sólo seguida de un proceso muy lento y esporádico de depreciación o una secuencia de movimientos diarios de 2% que pronto acumulen una depreciación no trivial. Si la historia del proceso de reformas en China sirve de algo, es probable que sea un proceso controlado y lento, reduciendo rápidamente la incertidumbre de corto plazo.
Si el proceso de depreciación / liberalización es controlado y gradual, los efectos de corto plazo serían moderados. Igualmente, si la depreciación acumulada supera 10-15%, las implicancias fundamentales serían las mismas.
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