La decisión del gobierno Brasileño de volver a aumentar el impuesto financiero a la entrada de capitales (excepto inversión directa) es una mala medida, pero no es suficiente para cambiar el atractivo de ese país a los flujos internacionales.

Un impuesto a la entrada de capitales aumenta el costo de capital para la economía, y por ende reduce el crecimiento potencial. Pero el gobierno lo hizo con el objetivo de reducir la velocidad de apreciación del BRL ante la fuerte entrada de capitales que vuelve a Brasil. Por ende, el gobierno debe haber juzgado que el aumento de costo de capital es un costo menor ante el supuesto impacto negativo de la apreciación del BRL sobre la competitividad de la economía. No olvidemos el beneficio fiscal de la medida, aunque no la motivación primaria, se estima puede representar ingresos por más de 0.3% del producto. Mi opinión sobre los méritos de la medida es negativa, pero no alcanza para cambiar mi visión general sobre Brasil y su futuro. Los esfuerzos de política económica deberían concentrarse en mejorar el crecimiento de la productividad, para que la inevitable apreciación del BRL no sea una fuente de presión política por el lado de los transables. El gobierno tiene mucho por hacer en la estructura impositiva que mejoraría los términos de intercambio, reduciendo distorsiones y mejorando el panorama de la inversión (reducción de tarifas a las importaciones, carga impositiva a los exportadores, etc.).

Esta medida patea en contra de los esfuerzos de extender la curva local de financiamiento público, y reduce la disponibilidad de capitales para financiar las inversiones necesarias (especialmente en los próximos años, que un panorama de déficit de cuenta corriente muestra su apoyo en la entrada de capitales). El mercado sigue confiado que esta medida no será acompañada de otras similares, y nosotros estamos de acuerdo.

Lo interesante es que el sacudón del mercado de ayer parece haber sido una oportunidad de entrada a acciones y bonos en BRL (como también tasas locales en swaps). En algunos portafolios aprovechamos esa oportunidad ayer. Nosotros vemos la apreciación del BRL continuando, aunque quizás más lentamente, no solo por este impuesto sino porque esperamos que el Banco Central siga acumulando reservas agresivamente, y por ende contribuyendo a reducir la velocidad de apreciación.

En síntesis, vemos el aumento del IOF como una medida erróneo que no es el comienzo de otras. Que no cambia nuestra visión de Brasil, y aprovechamos esta respuesta inicial del mercado para aumentar la exposición a Brasil en los portafolios en los que no era ya alta.

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